Expresar lo espontáneo gracias a una acción pictórica que surge de los accidentes.
Un motivo casual o fortuito, como una huella, un objeto encontrado o un elemento de la naturaleza me permite crear nuevas imágenes, a partir del azar. Así creo un collage libre de cualquier propuesta conceptual.
Tal vez si buscara algo sería llenar una superficie de papeles de diferentes orígenes, buscaría tan solo una composición de color.
Luego tapo todo. Cubro con una capa oscura, cartulina negra. Cubro todo. No busco nada. Y a partir de esa sensación, de ese lugar de no ver, no buscar, comienza la acción de desgarro. Desgarro que se mueve más en el mundo metafísico, que en el real.
Arranco desde la oscuridad. Rasgo y rompo, sin dirección, intención premeditada. Guiada tan solo por un impulso.
Impulso que se inicia en lo más profundo en mí ser.
Y así a partir de áreas desgarradas como manchas en el papel, comienza mi búsqueda de crear, dar vida a ese mundo que apenas se vislumbra.
Así como hay personas que ven cosas concretas en las manchas de tinta (nubes) yo veo mundos en los rasgados de papel (manchas).
